viernes, 31 de agosto de 2012

Un solo nombre

Gazapos y tropezones
Manuel Corrales Pascual
De la Academia de la Lengua
Un solo nombre para cada una de las 27 letras de nuestro alfabeto propone la nueva Ortografía académica.

Y es que algunas de las letras de nuestro alfabeto tienen nombre distinto en las distintas regiones hispanohablantes. Por ejemplo, a la letra b, se la llama en unos sitios "be" pero, en otros, se la llama "be grande" o "be alta", para distinguirla de la letra v, que se la llama en unos sitios "uve"; y en otros, "be chica", "be pequeña", o "be baja". La letra y, en unos sitios, se la llama "i griega", para distinguirla de la i, llamada simplemente "i", o "i latina". En otros, se la llama "ye".

A propósito de la letra y y su denominación, es de los quiteños conocido un lugar donde antiguamente se bifurcaba la carretera del norte. A dicho lugar, por su semejanza con la letra y, se le llamaba "la ye". Cuentan que, a un español que venía por vez primera a nuestros pagos, le dieron una dirección cercana a "la Y". Y él le pidió al taxista: "Lléveme, por favor, a la "i griega". El taxista quiteño, naturalmente, se asustó... Nos dicen textualmente las academias: "La nueva edición de la ortografía, sin ánimo de interferir en la libertad de cada hablante o país de seguir utilizando el nombre al que esté habituado, pretende promover hacia el futuro un proceso de convergencia en la manera de referirse a las letras del abecedario, razón por la que recomienda, para cada una de ellas, una denominación única común". Y a renglón seguido propone el nombre común recomendado para cada letra.

Dibujo de: Monica Cid, tomada del blog Monica Cid - Cadernos
Texto tomado de: Gazapos y tropezones 
 
Quito, Ecuador

jueves, 30 de agosto de 2012

Dígrafos

Gazapos y tropezones
Manuel Corrales Pascual
De la Academia de la Lengua
Dígrafos, en la ortografía del español, son grupos de dos caracteres o letras, tales como ch, gu, ll, qu, rr. Ya nos hemos ocupado en otra ocasión de los dígrafos ch y ll. Y hemos tratado de zanjar de una vez por todas el tema de su desaparición del Diccionario y de los índices alfabéticos como encabezamiento de los grupos de palabras que comienzan con ellos. Insistimos brevemente: ch y ll no son letras, sino dígrafos (grupos de dos letras: en el caso de ch, de dos letras diferentes; en el caso de ll, de dos letras iguales). Tratan de representar sonidos específicos de nuestra lengua (fonemas, los llaman los lingüistas): chancleta, chico, chocolate, cachorro, coche, etc.; llama, llano, llegar, lleno, llanto, llorar, calle, silla, etc. Pero hay también los otros dígrafos que hemos mencionado: gu, qu, rr. También ellos representan sonidos específicos: no se pronuncian lo mismo guerra que genio.

La nueva ortografía académica repite la normativa tradicional: se emplea la letra g ante las vocales a, o, u, en palabras como gallo, colgar, gobierno, epílogo, gustoso, tugurio, pingüino, pedigüeño (obsérvese la diéresis sobre la u en estas dos últimas palabras). Y también ante consonante en palabras como amígdala, dogma, benigno, regla, grande. Y, por último, al final de palabras provenientes de otras lenguas, como gag, gong, tuareg, zigzag, cíborg.

El dígrafo gu, en cambio, se usa delante de las vocales e, i, en palabras como guerra, guerrilla, gueto, guiar, guijarro, guillotina, aguerrido, etc.

En cuanto al dígrafo rr, se lo usa en posición intervocálica en palabras como antirrobo, infrarrojo, prerrománico, vicerrector, guardarropa, irreverente, etc.

Finalmente, en español, la letra q se usa siempre seguida de la vocal u en palabras como querer, quimera, meñique, queja, quinquenio.

Dibujo de: Eduardo Salavisa, tomada del blog desenhador do quotidiano
Texto tomado de: Gazapos y tropezones Diario hoy.com.ec
Quito, Ecuador

domingo, 26 de agosto de 2012

¿Por qué «adecuo» y «licuo» corresponden al lenguaje culto?

La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio
ConsultaA pesar de que nos aclara que ambas formas son correctas, resulta que una es culta y la otra no. Cómo determina esa diferencia. (Álex Santos).

Respuesta: En adecuar licuar, la RAE indica que en el uso culto se acentúan como averiguar (adecuo, licuo), pero también explica que hoy es válida la acentuación comoactuar (adecúolicúo).

Hay que puntualizar que la etiqueta de uso culto no descalifica el empleo de la otra grafía, pues en la actualidad ambas variantes tienen prestigio.

Veamos cómo figuran estos verbos en los diccionarios de publicaciones anteriores: 

Hasta la edición de 1992, el verbo averiguar fue el único modelo de conjugación paraadecuar licuar. Esto era lo formal y normativo en aquella época, y de ahí surgió la mencionada categoría de «culto». 

Como se fue extendiendo la otra pronunciación (adecúo, licúo), y como los hablantes somos los que imponemos las normas del idioma, la RAE incorporó el otro modelo de conjugación (actuar) en la última edición del DRAE (2001).

¿QUÉ ES EL USO CULTO?
Dependiendo de la instrucción, ámbito en que se desarrolla el hablante, costumbres, etc., el lenguaje o habla tiene algunos niveles: culto, común, popular, vulgar. Estos nombres pueden variar dependiendo de la perspectiva lingüística.

Veamos la propuesta de Leonard Bloomfield (1887-1949), filólogo y lingüista norteamericano, que enfoca la ubicación geográfica del hablante:

Literario estándar: Expresión escrita o hablada que es el resultado de leer obras literarias como novelas, cuentos, ensayos, etc., y que se traduce como una forma de habla aceptada y tomada como modelo por un grupo social denominado culto o educado. Se manifiesta en las grandes ciudades.

Coloquial estándar: También corresponde al grupo anterior, pero se adapta a las necesidades de comunicación en el ambiente familiar.

Provinciano estándar: Tienen poco contacto con el mundo exterior.

Subestándar: Este nivel maneja un vocabulario escaso, falta de sintaxis, pronunciación defectuosa. Se da en sectores no habituados a la lectura.

Localismo: Forma de hablar de grupos pequeños que no es compartida, aceptada ni entendida en otros sectores.

En síntesis, son arbitrarios los criterios que determinan o imponen la diferencia entre uso culto y otras formas de hablar, pues esto desfavorece a un grupo social. Así, en un país una palabra puede estar catalogada como familiar, coloquial o vulgar, pero en otro lugar esa misma expresión puede muy bien emplearse en diferentes ambientes sociales, incluso, en los denominados cultos. Un ejemplo de esto es la palabra urea, que en el Ecuador tiene pronunciación esdrújula [úrea], pero para la RAE esta articulación no es correcta.

Más en www.facebook.com

FUENTES:
Diccionario de la lengua española (2001) y Diccionario panhispánico de dudas (2005), de la Real Academia Española; Nuevo tesoro lexicográfico de la lengua española, de la Real Academia Española; Lingüística general (2001), de Consuelo Yánez Cossío.

Pintura de: Fongwei, tomada del blog 
Texto tomado de: La Esquina del Idioma Diario eluniverso.com 
Guayaquil, Ecuador

viernes, 24 de agosto de 2012

Venimos y vinimos se emplean según la situación temporal de las acciones narradas

La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio
pvillavi@eluniverso.com

Consulta: Haga un comentario acerca del uso de venimos y vinimos. (José Martillo C.).

Respuesta«Venimos» y «vinimos» son formas del modo indicativo del verbo venir. Están en primera persona del plural, y la elección de una u otra palabra depende del tiempo que se desee transmitir.

«Venimos» se usa cuando la acción está en presente puntual (para la RAE) o presente actual o momentáneo (para otros autores), como en este ejemplo: Venimos a ayudar (el grupo de personas llega en el momento en que se menciona la frase).

También se usa como presente habitual o cíclico: Nosotros venimos antes de que suene el timbre de inicio de clases (esta acción se da habitualmente); o como presente durativo, extendido o continuo: Siempre venimos por la avenida Domingo Comín (la acción ocurre en el presente, sucedió en el pasado y posiblemente seguirá cumpliéndose en el futuro).

«Vinimos» se emplea para indicar que la acción es un hecho pasado: Hace dos días vinimos todos a visitarte, pero no nos recibiste. Esta forma verbal pertenece a la conjugación del pretérito perfecto simple o solo pretérito, según la RAE; pero algunos gramáticos lo denominan pretérito indefinido. 

Ahora usemos las dos formas verbales (presente y pretérito) en una misma frase: Ayer vinimos sin ilusiones ni norte y perdimos la batalla; hoy venimos con mucho optimismo y de seguro triunfaremos.

¿Vía Matris, vía matris o viamatris?
Se deriva de vía (camino) y mátrix (matriz, útero [madre]) = el camino de la madre. Se usa en la religión católica para referirse al camino doloroso de María, la madre de Jesucristo. Tiene género masculino: el viamatris (el camino). 

Por analogía con padrenuestro, avemaría, tedeum, etc., que están al principio de los rezos y que el uso ha lexicalizado como sustantivos comunes, viamatris también debería escribirse con minúscula: Los católicos recuerdan el dolor de la Virgen María con el rezo del viamatris...

Estos nombres también se emplean separados, pero por la característica mencionada en el párrafo anterior, resulta mejor la grafía en una sola palabra.

¿Adecua o adecúa?, ¿licua o licúa?
Las dos formas son correctas, pero los hablantes cultos prefieren usar las que tienen diptongo. Por lo tanto, articulan la última sílaba con un solo golpe de voz, no como hiato. 

Lenguaje culto (modelo de conjugación: averiguar): yo licuo, tú licuas, él licua, etcétera; yo adecuo, tú adecuas, él adecua, etcétera.

Lenguaje común (modelo de conjugación: actuar): yo licúo, tú licúas, él licúa, etcétera; yo adecúo, tú adecúas, él adecúa, etcétera.



FUENTES: Ortografía de la lengua española (2010), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española.

Diccionario de la lengua española (2001), de la Real Academia Española.

Diccionario panhispánico de dudas (2005), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española.

Pintura de: Fongwei, tomada del blog 
Texto tomado de: La Esquina del Idioma Diario eluniverso.com 
Guayaquil, Ecuador

miércoles, 22 de agosto de 2012

CH Y LL

Gazapos y tropezones
Manuel Corrales Pascual
De la Academia de la Lengua
En las informaciones y consideraciones que siguen, voy a seguir casi literalmente lo que nos dicen nuestras autoridades idiomáticas (la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española).

La nueva Ortografía académica excluye definitivamente del abecedario los signos ch y ll ya que, en realidad, no son letras, sino dígrafos, esto es, conjuntos de dos letras o grafemas que representan un solo fonema. El abecedario del español queda así reducido a las 27 letras siguientes: a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y, z.

Esta supresión, ¿es realmente nueva? Hay, por cierto, personas que se han escandalizado, pues asumen equivocadamente que la desaparición de tales dígrafos del abecedario implica su desaparición de la escritura y -más equivocadamente aún– de la pronunciación. Nada de eso: seguiremos escribiendo y pronunciando "chapa", "cacho", "leche", "muchacho", etc., etc., y "lluvia", "calle", "llamingo", "costilla", etc., etc.

Si mis amables lectores y gentiles lectoras revisan el Diccionario de Autoridades, publicado por la Real Academia Española en el siglo XVIII (entre 1732 y 1739), no encontrarán ninguno de estos dígrafos como cabeceras de los capítulos correspondientes a vocablos que comienzan con ellos. Sencillamente, los verán incorporados a las cabeceras de las palabras que comienzan por c o por l. La segregación de estos dos dígrafos (ch y ll) y su consideración como letras del abecedario tuvo lugar en la segunda edición de la Ortografía académica (1754). Y, por ello, tuvieron apartado propio a partir de la cuarta edición del Diccionario académico (1803) hasta la 21.ª edición (1992).

Importante esta anotación de nuestras autoridades idiomáticas: "El español se asimila con ello al resto de las lenguas de escritura alfabética, en las que solo se consideran letras del abecedario los signos simples, aunque en todas ellas existen combinaciones de grafemas para representar algunos de sus fonemas".

Dibujo de: Ami Plasse, tomada del blog Ami Underground
Texto tomado de: Gazapos y tropezones 
Quito, Ecuador

martes, 21 de agosto de 2012

Honor y pundonor

Gazapos y tropezones
Manuel Corrales Pascual
De la Academia de la Lengua
¿Tienen algún parentesco estas dos palabras? Me hace la pregunta un acucioso profesor de Literatura. Pues, sí: son parientes, y parientes muy cercanas. Veamos, primero, el significado de cada una de ellas.

Nada menos que 10 acepciones atribuye el Diccionario académico a la palabra honor. Transcribimos las más importantes y usuales: (1) "cualidad moral que lleva al cumplimiento de los propios deberes respecto del prójimo y de uno mismo", (2) "gloria o reputación que sigue a la virtud, al mérito o a las acciones heroicas, la cual trasciende a las familias, personas y acciones mismas de quien se la granjea", (3) "obsequio, aplauso o agasajo que se tributa a alguien", (4) "acto por el que alguien se siente enaltecido. Su visita fue un honor para mí", (5) en plural: "concesión que se hace en favor de alguien para que use el título y preeminencias de un cargo o empleo como si realmente lo tuviera, aunque le falte el ejercicio y no goce de gajes algunos. Al ministro, se le rindieron honores de Jefe de Estado".

Del vocablo pundonor, en cambio, el Diccionario académico nos dice solo esto: "estado en que la gente cree que consiste la honra, el honor o el crédito de alguien".

Casi lo mismo nos había dicho ya el Diccionario de Autoridades (1737): "aquel estado en que, según las varias opiniones de los hombres, consiste la honra o crédito de alguno".

Pero, enseguida, nos proporciona un brevísimo apunte etimológico: "Díjose de punto y honor"; es decir, que es una palabra compuesta de punto y honor.

Sobre la etimología, Joan Corominas, en su Diccionario crítico etimológico de la lengua castellana (ed. de 1955-1957), nos regala algunos datos más y nos dice que, probablemente, viene de la expresión catalana punt d"honor que aparece, por ejemplo en el libro de caballerías Tirant lo Blanch (Tirante el Blanco), publicado en 1490.

Dibujo de: Monica Cid, tomada del blog Monica Cid - Cadernos
Texto tomado de: Gazapos y tropezones 
 
Quito, Ecuador
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