sábado, 12 de septiembre de 2015

No es la robot, ni la androide; sino el robot y el androide

La Esquina del Idioma
Piedad Villavicencio Bellolio
La ciencia avanza a un ritmo vertiginoso, a tal punto que en la actualidad los robots y los androides están programados para ejecutar algunas actividades que antes eran privativas del ser humano.
Hoy vemos que hay máquinas que ejercen varias funciones, entre ellas las de una recepcionista de un establecimiento comercial. Y así, con apariencia de mujer y con la respectiva indumentaria femenina, hablan algunos idiomas y proporcionan información y recomendaciones a los visitantes del local.
Hasta aquí vamos bien, y seguirá bien si en la mención de estas inteligentes máquinas se les atribuye el género gramatical correspondiente, que no lo impone su apariencia sino la palabra de que se trata. Por ejemplo, los términos «robot» y «androide» deben usarse en masculino, como se resalta en el título de esta columna.
¿Pero por qué es el robot y no la robot, el androide y no la androide?
Es así porque estos vocablos están marcados solo con género masculino. Es decir, no son comunes en cuanto al género como el caso de cónyuge: el cónyuge, la cónyuge. Tampoco tienen la posibilidad de construirse en femenino, cambiando su desinencia o terminación como el sustantivo profesor: profesor, profesora.
El género masculino de los nombres «robot» y «androide» se especifica por medio de los elementos que les anteceden o siguen, así: Un robot estilizado lució un elegante quimono. Un androide sonriente y atento recibió a los visitantes.
Para completar este tema debemos revisar las definiciones de robot y androide en el Diccionario de la lengua española:
El nombre «robot» se emplea con los sentidos de ‘máquina o ingenio electrónico programable, capaz de manipular objetos y realizar operaciones antes reservadas solo a las personas’ y ‘programa que explora automáticamente la red para encontrar información’.
El vocablo «androide» consta con una sola acepción: ‘autómata de figura de hombre’.
Ahora que ya tenemos claro cómo funciona el género gramatical de estas palabras, no debemos cometer el desacierto de construir expresiones como «robota» y «androida»; tampoco frases que se refieran a «un robot mujer» o «una mujer robot», porque mujer es una persona del sexo femenino, y ya vimos que la definición de «robot» apunta a una máquina y no a un ser humano. En cambio, sí se puede decir «un robot humanoide», «un robot con forma de hombre» o «un robot con apariencia de mujer». (F)
FUENTES:
Diccionario panhispánico de dudas (2005), Nueva gramática básica de la lengua española (2011) y Diccionario de la lengua española (2014), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española.
Pintura de: Karin Jurick, tomada del blog A Painting Today
Texto tomado de: La Esquina del Idioma Diario eluniverso.com
Guayaquil, Ecuador

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